Con la llegada al Consistorio madrileño de Ahora Madrid, los belenes que el Ayuntamiento tradicionalmente ha colocado en lugares públicos no han desaparecido pero sí han menguado un tanto en dimensiones y ubicaciones. Significado es el caso del Nacimiento que antes se colocaba en la Puerta de Alcalá, que ahora solo presenta un juego de luces. Ello ha provocado la indignación de algunos ciudadanos, los cuales (siguiendo una iniciativa difundida en Twitter) han plantado, bajo el monumento y en señal de protesta, sus propios belenes. La verdad es que la polémica tiene una solución muy sencilla: por una vez y sin que sirva de precedente (permítanme una sonrisa), Pablo Iglesias ha proporcionado la clave, al reconocer que le encantan los belenes y que se va a pasar la Nochebuena cantando villancicos, amén de comiendo langostinos y hasta nécoras, lo cual también le honra. Y ello por la sencilla razón de que estos son símbolos culturales de nuestra tradición, con independencia de que uno profese o no el concreto sistema de creencias que está en su origen histórico. De ahí que no contradiga el mandato de aconfesionalidad de nuestra Constitución el hecho de que los Ayuntamientos, verbigracia, financien y exhiban las […] http://hayderecho.com